La
insensibilidad congénita al dolor o CIPA es una enfermerdad rara
hereditaria del sistema nervioso caracterizada por causar la ausencia
de sensaciones como el dolor,la presión,el frío o el calor. Esta
enfermedad que está presente desde el nacimiento, afecta a una de
cada cien millones de personas.
“El
niño Faquir” y el origen de la causa.
Al
inicio de las investigaciones los científicos creían que esta
enfermedad se debía a una hiperproducción de endorfinas, pero dicha
solución, no parecía concordar del todo ya que entonces se podría
paliar mediante la administración de naloxona, la cual, no
producía ninguna mejora en enfermos.
Finalmente
la respuesta del origen del CIPA la hallaron varios científicos
mientras realizaban un estudio del ADN de la familia del “niño
Faquir” , un artista callejero que era capaz de clavarse cuchillos o
caminar sobre ascuas ardiendo sin inmutarse.
Seis
de los parientes del “niño faquir” presentaban la misma
intolerancia al dolor y a diferentes sensaciones. La causa, según fue
descubierta por el científico Geoffrey Woods, era un problema
genético, mas concretamente, una mutación en un gen del cromosoma 2 encargado de codificar parte del canal del sodio que regula la
transmisión del impulso nervioso en las neuronas encargadas de
captar los estímulos dolorosos. Sin este gen, quedan bloqueadas la
vías de comunicación entre los sensores del dolor y el cerebro.
Problemas
asociados
En
la mayoría de los casos las personas que sufren esta enfermedad
suelen tener también otro problema asociado, la anhidrosis, sus
glándulas sudoríparas no funcionan correctamente, no sudan y
por lo tanto sus cuerpo no es capaz de refrigerarse de una forma adecuada lo que desemboca en episodios de fiebre y golpes de calor en
días en los que la temperatura es elevada. La anhidrosis suele causar la muerte
de aproximadamente el 20% de afectados por una temperatura corporal
excesivamente alta.
Otro
de los problemas mas comunes es que las personas con CIPA tienden a
automutilarse por mero desconocimiento de lo que les sucede, así pues, se observan muchos casos en los que las personas se arrancan
los propios dientes, se muerden la lengua y los labios produciéndose
heridas, o incluso, se llegan a romper los huesos.
Hay
que aprender a vivir con la enfermedad
Esta
dolencia no tiene cura, lo único que se puede hacer es tratar de
prevenir lesiones y acudir de forma constante al hospital
para poder controlar que todo vaya en orden.
Es
imprescindible que desde jóvenes los pacientes reciban ayuda
terapéutica y psicológica para que entiendan que su enfermedad no
es un "superpoder" y la gravedad de esta, inculcando desde las edades mas tempranas el autocuidado
y la autosuficiencia y evitando futuras autolesiones o complicaciones.
Para más información : http://www.ngenespanol.com/articulos/359339/insensibles-al-dolor/ o http://www.muyinteresante.es/salud/articulo/ique-causa-la-insensibilidad-al-dolor
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