Hoy, os voy a hablar sobre una enfermedad rara de la que todo el mundo ha oído hablar: la leucemia y, en concreto, de la leucemia mieloide crónica (LMC).
Este tipo de leucemia normalmente es trifásica; es decir, presenta tres fases: una fase crónica, una fase acelerada y una fase blástica. La mayor parte de los pacientes, son diagnosticados en la fase crónica mediante un recuento de glóbulos blancos. También se puede diagnosticar mediante la localización del cromosoma Filadelfia, característico de esta patología. Además, los pacientes pueden ser asintomáticos o pueden presentar fatiga, anemia, pérdida de peso, sudores nocturnos o esplenomegalia (agrandamiento patológico del bazo).
La LMC representa entre el 15-20% de todos los casos de leucemia. Además, se estima que la incidencia anual de esta patología es de 1-1,5 casos entre 100.000 y que la prevalencia se encuentra alrededor de 1 entre 17.000.
La LMC no es normalmente una enfermedad hereditaria y, a día de hoy, se desconocen los factores que la desencadenan.
Por último, tengo que destacar que el único tratamiento curativo que existe actualmente, es el trasplante alogénico de médula ósea. Sin embargo, el pronóstico para los pacientes mejora considerablemente cuando se medican con mesilato de imatinib (inhibidor competitivo de la actividad tirosina-cinasa), medicamento único que cuenta con la autorización de comercialización de la UE.
A continuación, os dejo un vídeo animado sobre lo que le ocurre a una persona cuando le diagnostican LMC y cómo afecta a su vida a partir de este momento.
Para más información: http://www.enfermedades-raras.org/
Jessica Maneiro González
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